lunes, septiembre 26, 2011

Literatura náutica o de mar. Breve explicación y lista de sus principales obras

Autor: Carlos Balladares Castillo


Publicado en: Código Venezuela


Esa cenicienta de las letras que son las historias náuticas


Un extraño desprecio en un mundo rodeado de mar

La literatura de mar, marinera o náutica; desde la perspectiva de muchos críticos es un subgénero que no aporta gran cosa al mundo de las letras. Es arrinconada en los best-sellers o en las obras de aventura para los jóvenes. ¿Para qué leer sobre historias de barcos cuando puedo aprender más con los “clásicos”? Se escucha con frecuencia, cuando la verdad es que muchos de los “clásicos” contienen historias relativas a este género (La Odisea por citar un ejemplo fundamental), y no sólo es una lectura apasionante que se disfruta muchísimo, sino que también describe algo que nos caracteriza como seres humanos: el anhelo de viajar por los mares.


La mayor superficie del planeta es representada por los océanos, los mares, los lagos y los ríos. Nuestra historia, como humanos y como iberoamericanos, está íntimamente relacionada con el fenómeno de la navegación. Desde el siglo XV hasta hoy, la globalización se desarrolló a partir de los barcos. La literatura náutica ha sido tratada como una cenicienta, cuando realmente es un mundo por descubrir.


El género posee en la “Era de la vela”; la que comprende desde 1750 hasta 1850, año este último cuando empezará a ser suplantada por el barco a vapor y todo tipo de motores; el período que ha producido las novelas más fascinantes. En especial las guerras en torno al predominio marítimo de Gran Bretaña en contra de la Francia revolucionaria y luego napoleónica (1793-1815), ha sido el tema de varias series de historias por parte de autores británicos. Entre ellas contamos con C. S. Forester (1899-1966) con el Almirante Horatio Hornblower de la cual se hizo una película bastante mala en 1951 protagonizada por Gregory Peck y, una excelente serie televisiva – producida hace 10 años - dirigida por Andrew Grieve. También están las series de Dudley Pope (1925-1997), Alexander Kent (seudónimo de Douglas Reeman, el cual nació en 1924) y Patrick O’Brian (1914-2000). Este último escribió 21 libros sobre la carrera en la Royal Navy (Armada Británica) del capitán Jack Aubrey y el médico Stephen Maturin (naturalista y espía).


Desde hace unos meses he sido “vampirizado” (palabra usada por Vargas Llosa para describir el sumergirse profundamente en una ficción) por los relatos “Aubrey-Maturin” de O’Brian. Agradezco al cine que me haya permitido conocer estos maravillosos personajes, al ver “Comandante de mar y guerra. La costa más lejana del mundo” (Peter Weir, 2003), la cual fue nominada en su tiempo a 10 Oscar de los que ganó dos. Me ha gustado de este tipo de literatura, las posibilidades que ofrece para describir la naturaleza humana ante los desafíos que representan los viajes en una nave; y sin duda todo lo referente a la navegación y las batallas. Tema este último que nos permite conocer esa maravilla de ingeniería que eran los barcos a vela.




No son tantas las obras que se han escrito, por eso la he llamado “cenicienta de las letras”, pero entre las más importantes, además de las ya citadas, no se pueden dejar de nombrar a: La Odisea de Homero (siglo VIII), los Viajes de Gulliver de Jonathan Swift (1667-1745), Robinson Crusoe y Las aventuras del capitán Singleton de Daniel Defoe (1659-1731), Moby Dick de Herman Melville (1819-1891), Lord Jim y El Corazón de las Tinieblas de Joseph Conrad (1857-1924), la Isla del Tesoro de R. L. Stevenson (1850-1896), Capitanes Intrépidos de Rudyard Kipling (1865-1936), Un capitán de quince años y Los hijos del capitán Grant de Julio Verne (1828-1905) y El Viejo y el Mar de Ernst Hemingway (1899-1961). En poesía hay una basta obra sobre el mar que sería imposible citar acá. En todo caso siempre hay que distinguir entre los libros que usan el mar y la navegación como contexto de otras historias, de las que se centran en todo lo relativo a la náutica y el viaje. Estas últimas son las más atractivas y las que podemos situar dentro la literatura de mar.


En Venezuela se ha escrito mucha poesía inspirada en el mar, pero es muy poco lo producido en la narrativa. Hasta ahora sólo conozco: Cubagua de Enrique Bernardo Nuñez (1895-1964), El capitán Silvano de Julián Padrón (1910-1954), Pirata de Luis Britto García (1940), y la reciente obra: Una ola tras otra de Eli Bravo (1968). No se puede dejar de nombrar Corsario Negro de Emilio Salgari (1862-1911), que a pesar de ser italiano desarrolla sus aventuras en torno a Maracaibo y el Caribe como el resto de sus obras de su serie: “Piratas de las Antillas”. Esta escasa atención al tema en nuestra literatura, nos parece extraña en un país con una costa caribeña tan amplia. Puede ser explicada en parte por la tendencia universal que hemos descrito, aunque creemos que la causa principal es nuestra historia republicana dominada por los Llanos y los Andes. En todo caso, es un barco que espera ser navegado por nuestros nóveles escritores.

No hay comentarios.:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...