lunes, mayo 17, 2010

¿Se inicia el debate historiográfico entre historiadores oficialistas y no oficialistas con la respuesta de Luis Pellicer (CNH) a Carrera Damas?

COMENTARIO BLOGUERIL:
Sin revisar las opiniones de los historiadores en estos 11 años, me atrevo a decir que nunca hasta el sábado ninguno se había referido personalmente a su contrincante a nivel historiográfico. Los oficialistas, justificando la peculiar interpretación de la historia de Chávez, señalaban que antes se había hecho una historiografía burguesa y proimperialista. Por otro lado, los no oficialistas criticaban que desde el Estado varios profesionales de la historia buscaban rescribir la historia y hacerla propaganda. Esto último lo llama Tomás Straka en La épica del desencanto (2009) "la rebelión de los historiadores", que es un movimiento social que crece sin parar (ver su acción en nuestra literatura ver acá). Pero nunca se habían acusado directamente hasta la semana pasada; cuando Carrera Damas y Pino Iturrieta, cada uno por separado (ver acá y aquí), señalan la intención de reescritura en Luis Pellicer y Pedro Calzadilla desde el gubernamental Centro Nacional de la Historia, debido a que esta intención está claramente expresa en el decreto de traslado de los archivos de Miranda y Bolívar que estaban en la ANH al AGN. A estas opiniones le ha respondido Pellicer con el artículo que seguidamente transcribimos, aunque se refiere a Carrera Damas y no a Pino Iturrieta (a pesar de que pone debajo de su nombre el título de un libro de su viejo maestro). No sabemos si se iniciará un debate, pero no negamos que nos gustaría. Un debate de altura y no panfletario...
Desde un inicio no nos gusto el título del texto porque a todos debemos tenerle piedad, luego empieza con ironías y frases escatológicas (esta necia visión de que si piensan distinto a tí es porque tienes algún problema, aunque claro, él se refiera a la frase que usó Carrera, pero...), y al final es, si, bastante panfletario a lo largo de todo el escrito, pero el último párrafo es de una "jaladera de mecate" al gran líder "comandante presidente revolucionario" ya repetitiva en el discurso oficial. En su razonamiento señala el frecuente argumento chavista: "antes se hacía igual", al señalar que "la burguesía a reescrito la historia" y por tanto ellos ahora lo harán también. Pero será una interpretación popular ¿Quién lo garantiza?. Lo que es una grosera mentira es el señalar una supuesta "expoliación del patrimonio documental que le pertenece al pueblo", algo que es totalmente falso, todos sabemos que los archivos siempre estuvieron a la disposición del público. Esta frase ni metafóricamente, ni historiográficamente es sostenible. Luego cae en la viaje práctica de reflejar en el otro el defecto que ellos tienen al decir: "ideólogos disfrazados de “científicos sociales”". Por último, es lamentable, además, que use una página del Estado para este debate. Debió hacerlo en un espacio neutral: un medio, un blog. Esta es nuestra opinión, y esperamos a escuchar al maestro Carrera, aunque no creemos que le responda.
Al maestro sin piedad
sábado, 15 de mayo de 2010

Luis Felipe Pellicer
Nada sino un hombre

En verdad, es satisfactorio que un simple mortal pueda tener un efecto curativo en alguien que se imagina un semidios. Lo digo porque la risa es terapéutica, y provocársela a Germán Carrera Damas puede contribuir a aliviar algunos de sus males.

La indigestión, en cambio, tiene muchas maneras de curarse, la más sencilla y antigua consiste en expulsar por los orificios naturales del cuerpo aquello que la causó. Si estuviéramos en el Leander bastaría con acudir a su sentina. Quiero expresar mi coincidencia con el diagnóstico que hace el doctor Carrera de la democracia venezolana, es cierto: sufre una indigestión. Sólo añadiría que tratándose de toda una sociedad la que padece de democracia dispéptica, 11 años de implementación del Proyecto Nacional democrático, participativo y protagónico no bastan para expulsar de la mentalidad conservadora, 300 años de coloniaje y dos siglos de liberalismo oligárquico y burgués, de los cuales 40 años fueron de democracia diarreica, para decirlo en términos escatológicos.

Por otra parte, confieso mi imposibilidad de sentir piedad por alguien. Desde las bajuras de mi humanidad apenas si puedo sentir nostalgia, sobre todo cuando releo a un antiguo maestro, fundador de la cátedra de Historia de la Historiografía venezolana, quien en 1968 afirmaba que el desarrollo de la burguesía nacional, a partir del último cuarto del siglo XIX, obedeció a un proceso de acumulación de capital mediante el peculado amparado por el poder público, la subasta de concesiones petroleras y la extensa libertad de explotación de campesinos y obreros.

Decía además, con la claridad propia de un historiador marxista:
“Ese desarrollo de la burguesía como clase conlleva ingentes esfuerzos por la definición de una ideología apropiada, y lo que es claramente perceptible en el orden de la vida política no podía menos que proyectarse en el campo de los estudios históricos. De allí que la burguesía venezolana se encuentre desde hace algún tiempo en trance de reescribir la historia (…) Esta nueva historiografía tiende a exaltar valores como el de la continuidad institucional, oponiendo el concepto de evolución al de revolución; reivindica los valores civilistas burgueses y propone, para uso de una clase que no ha ganado laureles en el campo de batalla, una ampliación y diversificación del concepto de héroe. Pero, no todo es nuevo en esta historiografía, así como conserva usos y tradiciones en el aspecto metodológico, continúa también la subestimación del pueblo como agente histórico, presentando como motor del proceso histórico no ya al hombre providencial, sino a restringidas elites.”(G.C.D. Metodología y estudio de la Historia. Caracas, Monte Avila Editores, 1980. p.190.

Si entendimos al maestro, la burguesía tiene más de un siglo reescribiendo la historia y utilizándola como un instrumento ideológico que le sirva para mantener su lugar privilegiado de dominación, explotación y saqueo de los recursos que nos pertenecen a todos. Se propuso entonces y procura ahora, esa misma clase y sus ideólogos, no sólo seguir escribiendo la historia en su beneficio, sino que pretende que el pueblo no escriba la suya. Para ello se valen y han valido de la expoliación del patrimonio documental que le pertenece al pueblo, de la invisibilización del protagonismo popular en la construcción del proceso histórico, de la malintencionada actitud de monopolizar los saberes y de la crasa manipulación de las fuentes históricas.

Esos ideólogos disfrazados de “científicos sociales” han pretendido que la historia sólo la han hecho unos señorones de levitas y sotanas, quienes además de hacerla la escriben y la reescriben a su antojo.

¿En qué quedamos entonces maestro, se puede o no se puede reescribir la historia?

¿Reescribirla es o no es una necesidad histórica de una clase social?

¿Será que ahora piensa que se debe seguir subestimando al pueblo como motor del proceso histórico y que la burguesía es la única que puede reescribir la historia?

Una pequeña precisión: cuando Marx se refirió al papel revolucionario de la burguesía en el Manifiesto Comunista, está hablando de una clase “que en lugar de la explotación velada por ilusiones religiosas y políticas, ha establecido una explotación abierta, directa, brutal y descarada (…) una clase que ha hecho de la dignidad personal un simple valor de cambio”. Marx caracteriza a la burguesía como “retoño fatal” y a su época revolucionaria, como una etapa donde: “Todo lo que era sólido y estable es destruido; todo lo que era sagrado es profanado y los hombres se ven forzados a considerar sus condiciones de existencia y sus relaciones recíprocas con desilusión”.

Para finalizar, quiero resumir el manifiesto que hemos hecho desde el Ministerio del Poder Popular para la Cultura: Con la ayuda del Dios de verdad, que creemos está en el cielo; con la fuerza movilizadora del pueblo venezolano y nuestroamericano; con el auxilio de los saberes que hemos logrado en los ambientes de aprendizaje en que hemos compartido con obreros, campesinos, profesores y estudiantes; con el impulso telúrico de la Revolución Bolivariana; con la inspiración que nos brinda el pensamiento y la acción revolucionaria de Bolívar y Miranda; con el orgullo que nos produce que este país y esta revolución la dirija un líder continental como los es el Comandante Chávez; con la certeza de que este proceso bolivariano socialista y humanista logrará que nuestros hijos y nietos viva en una sociedad de equidad y justicia social: Vamos a reescribir la historia y vamos a transformar la historiografía para el pueblo y con el pueblo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Patético...por que lo que da es lástima, ni odio ni rencor, solo lástima que un historiador se rebaje a esa posición genuflexa

Profeballa dijo...

Don Alí usted entendió la parte en que dice "confieso mi imposibilidad de sentir piedad por alguien". Yo no entendí nada.
Un saludo.

Dantesol dijo...

Que pena ver este espectáculo entre colegas, y más cuando los conocí personalmente a todos los involucrados en la reyerta: Unos en las aulas, otros en muchas charlas, otros en conferencias y otro más en mi tutoria de tesis.

Curiosamente aquí en este campo intelectual, donde más puede darse un debate intelectual, es donde se ven los ataques personales, porque lo que se deja ver acá (Por parte y parte) es el enfrentamiento no resuelto de varios complejos: el de maestros que se creen incorregibles y como "más allá del bien y el mal" y de alumnos con complejos de inferioridad o superioridad desorbitada.

Pellicer me produce mucha compasión al verlo así, me atrevo a decir inclusive que usa cobardemente su posición desde el poder para exponer su resentimiento personal contra Carrera D. y olvida que si éste último fue elevado -correcta o incorrectamente, ese no es el punto ahora- al puesto de "Vaca sagrada" o "Semidios" fue por alumnos y personas marxistas (o pseudomarxistas) como Pellicer, y que ahora como no están en el mismo bando político actual, si son "simples mortales" que merecen todo comentario escatólogico y ninguna piedad.

Olvida el Historiador Pellicer (lástima que aquí no se puede poner cursivas) que la misma falta de piedad hacia Carrera Damas es también aplicable a él que también es docente y cualquier alumno se la puede aplicar. Y que cualquier postura o posición política en la historiografía puede cambiar, porque la historia la escriben hombres, que están en su perfecto derecho a re pensar lo que antes creyeron.

Es evidente que el poder ciega hasta el más preparado de los hombres, y por éso el actual director chavista del Archivo General de la Nación, cree que estará ahi 1000 años y puede desde esa atalaya disparar cómodamente a quién no piense como el y en este caso, disparar con saña, rencor y ninguna piedad, aún a los que alimentaron intelectualmente su formación.

Ya veremos cuando el chavismo se canse de él, y tras usarlo en este acto, lo cambien como acostumbran a hacer estos procesos, (quizá por un "Aló presidente") por alguien no más eficiente sino más leal, político... o adulador.

Ahi veremos que como se cumple aquello que dice "Hasta las torres más altas cayeron un día en la humillación..."

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