miércoles, mayo 19, 2010

La diáspora venezolana, un testimonio personal. Crónicas politológicas (V)

Hoy pude despedirme de un buen amigo que se va del país. No queda nadie acá, se van todos los buenos. Su familia ha dedicado estos días a vender lo que construyeron durante toda una vida… “Queman las naves”. No vuelven, sólo les quedará la nostalgia.

Gracias a facebook puedo saber de los que estudiaron conmigo en mi niñez y adolescencia. De todos ellos, la mitad se ha ido del país. ¡La mitad!. Mi padre tiene un hermano, un hijo, y dos nietos fuera.
No los critico, uno no debe ser de donde nace sino de donde se es feliz; y Venezuela es un lugar donde la felicidad se esconde. Pueden preguntarle a las madres, hermanas, esposas e hijas de tanto asesinado.
La diáspora venezolana, no lo dudo un segundo, ayudará a la reconstrucción del país.
Profeballa

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